Una vez que ha sido incorporada una nueva tecnología, no pasa mucho tiempo hasta que Tyro comienza a obtener preguntas específicas de los clientes sobre cómo puede ser aplicada una tecnología similar. De esta manera, Tyro ha suministrado varios mandos a distancia en combinación con un lector RFID o etiqueta RFID. Estos mandos a distancia están unidos entre sí por medio de un código único de 24 bits para evitar la interferencia por otras señales.
RFID para acoplar un transmisor a un receptor
En general, la configuración de un mando a distancia a un receptor es un procedimiento que solo debe realizarse una vez. Pero, ¿qué pasa si un mismo operador tiene que hacer funcionar otras máquinas y cada una de ellas tiene su propio receptor? Las etiquetas RFID son la solución.
Con la etiqueta RFID en cada máquina, el operador puede mover el mando a distancia a lo largo de una determinada etiqueta que a su vez lo acopla al receptor correspondiente. Esta es la manera de operar diferentes máquinas sin tener que repetir procedimientos de instalación que deberían ser hechos solamente una vez. En función de la situación y del riesgo, el código de seguridad único del transmisor se borrará con el transcurso del tiempo. De esta manera, la seguridad está garantizada.
Esta aplicación es interesante para mandos maestros destinados a mantenimiento, y también para un operador que posea cierta responsabilidad.
RFID para acoplar un receptor a un transmisor específico
Bajo ninguna circunstancia un receptor puede reaccionar ante una señal de radio aleatoria. Sólo puede reaccionar a un transmisor con el ID correcto. En este caso, el receptor está equipado con un lector RFID. El mando a distancia es provisto de una etiqueta RFID con un código único que corresponde al transmisor específico. Tan pronto como el mando a distancia con etiqueta RFID se mantenga cerca del lector RFID, el receptor solo aceptará señales correspondientes a dicho mando.
Esta configuración RFID es utilizada para Vehículos Guiados Automáticamente (AGV’s) que son utilizados en centros de distribución. Un AGV conduce a lo largo de una ruta fijada y en el camino pasa por una etiqueta RFID . Desde ese momento éste solamente obedece señales enviadas por el correspondiente transmisor. Esta señal puede ser una señal de marcha o stop procedente de un humano o de una máquina (M2M) que guía al AGV hacia donde tiene que ir y le marca qué debe hacer. Una ventaja es que no hay necesidad de sobrecargar una red wifi ni de configurar una nueva.